jueves, 9 de julio de 2009


MALDICIÓN.

En horas de júbilo,
escucharás mi risa;
si gimes,
beberás mi llanto.

Seré maleza en tu jardín,
nieve en tu portal,
tu insolente primavera
quedará sin sol.

Los leños no arderán,
tornará en huracán la brisa.
Un amor desolado
agobiará tu espíritu.

Sutil anatema,
merecido escarmiento
para tu puño que hiere
con daga de raso.

maria Valente

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